
Acostarse con la persona equivocada puede provocar una crisis emocional que persiste mucho después del encuentro físico. Compartir intimidad con alguien que no te valora ni te respeta puede dejarte con una sensación de vacío, arrepentimiento o incluso de ser utilizado. Las emociones se entremezclan, y lo que se suponía que sería un momento fugaz de placer puede convertirse en semanas o meses de inseguridad y angustia. A muchas personas les cuesta separar la intimidad física del apego emocional, lo que dificulta seguir adelante sin sentimientos sin resolver.
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