Estas divertidas pruebas funcionan mejor porque generan un elemento sorpresa y fomentan la conversación espontánea. No son diagnósticos ni verdades absolutas: simplemente un guiño lúdico a nuestras peculiaridades, visto con humor. Lo principal es divertirse con ellas… y quizás encontrar alguna pista para conocernos mejor, con un toque de ligereza .
Porque observarse a uno mismo sin juzgarse sigue siendo uno de los regalos más hermosos que uno puede hacerse a diario.