El Mejor Helado de Chocolate Casero

La preparación de este helado de chocolate es un proceso que, aunque sencillo, requiere algunos cuidados que garantizan un resultado delicioso. Antes de comenzar, asegúrate de tener a mano todos los ingredientes y utensilios necesarios. Necesitarás un bol grande, una cacerola, una batidora o batidor, y un recipiente apto para congelador.

Comienza preparando la base del helado. En un bol grande, bate las 2 yemas de huevo con 50 g de azúcar y la cucharadita de azúcar de vainilla. Continúa batiendo hasta que la mezcla se vuelva espumosa y adquiera un color amarillo pálido. Este proceso es crucial ya que las yemas batidas incorporan aire a la mezcla, lo que contribuye a la suavidad de tu helado. Una vez que tengas una mezcla homogénea, agrega la ralladura de un limón, que añadirá un toque de frescura y un leve aroma cítrico que complementará perfectamente el chocolate.

A continuación, en una cacerola a fuego medio, calienta 500 ml de leche. Es importante no llevarla a ebullición; solo caliéntala lo suficiente para que esté caliente, pero sin llegar a hervir. Mientras la leche se calienta, en otro recipiente, disuelve 25 g de maicena en un poco de leche fría. Este paso es clave, ya que la maicena actuará como espesante, dándole al helado la cremosidad que todos amamos. Una vez disuelta, añádela a la cacerola con la leche caliente. Remueve constantemente con una cuchara de madera o una varilla para evitar que se formen grumos. Notarás que la mezcla comenzará a espesar, esto tomará aproximadamente entre 5 y 8 minutos.

Una vez que la mezcla haya alcanzado la consistencia deseada, añade los 80 g de chocolate oscuro a la cacerola. Asegúrate de usar chocolate de alta calidad, ya que esto marcará la diferencia en el sabor final. Continúa removiendo a fuego medio hasta que el chocolate se derrita completamente e incorpore en la mezcla. Retira la cacerola del fuego y deja que la mezcla se enfríe a temperatura ambiente.

Mientras tanto, prepara la crema de limón. Exprímelo para obtener aproximadamente 50 ml de jugo y cuélalo para eliminar cualquier semilla o pulpa que pueda estar presente. En un bol diferente, mezcla los 70 g de leche condensada con 100 g de queso ricotta. Bate a baja velocidad hasta obtener una mezcla homogénea y limpia. Finalmente, añade los 200 ml de crema para batir y continúa batiendo hasta que la mezcla espese. No es necesario montar la crema a punto de nieve, solo es suficiente que adquiera un poco de cuerpo.

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