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Sus pantalones de mezclilla colgaban holgados y tenía en las manos un tazón de barro que sostenía con una urgencia que hizo que el estómago de Alejandro se encogiera. “Dios mío”, susurró Alejandro saliendo de la limusina antes de que Carlos pudiera abrir la puerta. La señora García, una mujer robusta de mediana edad con el cabello gris recogido en un chongo tradicional, levantó la vista al escuchar los pasos apresurados de Alejandro. Su expresión se transformó inmediatamente de cariño maternal a preocupación evidente.
“Don Alejandro”, dijo la mujer poniéndose de pie rápidamente. No sabíamos que había regresado. Santiago alzó la cabeza al escuchar la voz de su padre. Sus ojos, que antes brillaban con la alegría típica de un niño de su edad, ahora mostraban una mezcla de alivio y algo que Alejandro no pudo identificar de inmediato. Vergüenza, miedo, papá, murmuró Santiago intentando esconder el tazón detrás de su espalda. Alejandro se arrodilló frente a su hijo, sus zapatos italianos rozando las baldosas de Talavera del Pórtico.
Con manos temblorosas tomó el rostro de Santiago entre sus palmas. La piel del niño se sentía más fría de lo normal y sus mejillas, antes regordetas, ahora mostraban los pómulos de una manera que no era natural en un niño de 7 años. “Mi niño, ¿qué haces aquí? ¿Dónde está Isabela?”, preguntó Alejandro. Su voz cargada de una mezcla de confusión y creciente alarma, la señora García se aclaró la garganta mirando nerviosamente hacia la mansión de los Mendoza. Don Alejandro, el niño vino hace un par de horas.
Estaba tenía hambre. Hambre. La palabra salió como un rugido ahogado de la garganta de Alejandro. ¿Qué quiere decir con que tenía hambre? Santiago bajó la cabeza, sus pequeños dedos jugando con el borde de su camiseta. La tía Isabela dijo que no había suficiente comida para la cena, que esperara hasta mañana. El mundo de Alejandro se tambaleó. La tía Isabela, como le habían enseñado a Santiago a llamar a su madrastra, era quien se suponía que cuidaba de él durante sus viajes de negocios.
La mujer que había conquistado su corazón dos años atrás con su belleza refinada y su aparente devoción
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