Era una tarde calurosa en el pueblo. Yo —Hanh— estaba agachado, recogiendo ramas secas para encender el fuego. En la puerta, mi hijo, un niño de diez años, me miraba con ojos inocentes.
“Durante diez años crié a mi hijo sin padre; todo el pueblo se burlaba de mí, hasta que un día llegaron coches de lujo a mi casa y el verdadero padre del niño hizo llorar a todos”. Era una tarde calurosa en el pueblo. Yo, Hanh, estaba agachada, recogiendo ramas secas para encender el fuego. … Read more