Una niña de 13 años fue llevada a urgencias con el vientre hinchado, pero cuando el médico le realizó una ecografía, llamó inmediatamente a la policía.

Una vez que los agentes recabaron los detalles preliminares, recibieron la autorización judicial para proceder a la detención inmediata de Antonio. Se coordinaron con una patrulla para interceptarlo en la residencia familiar.

Al mismo tiempo, el hospital activó su protocolo de protección infantil: se informó a Servicios Sociales, se le asignó una trabajadora social especializada y se organizó un lugar seguro para Lucía. La Dra. Elena permaneció con ella, asegurándose de que estuviera bajo supervisión constante.

Horas después, los agentes informaron que Antonio había sido detenido sin incidentes, aunque él negó todos los cargos. Su negación, sin embargo, no disminuyó el peso de la evidencia médica ni la claridad de la declaración inicial de Lucía. Almacén de equipo policial

Esa noche, cuando el hospital se tranquilizó y las luces de los pasillos se atenuaron, Lucía finalmente durmió tras recibir apoyo psicológico y un sedante suave. Javier la observaba desde la entrada: una niña de trece años cargando con una carga que nunca debió haber sido suya.

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