Yo también soy linda

Entonces Sofía dijo con su voz dulce:
—Pinté esto porque creo que el mundo es más bonito cuando todos sonreímos.

Desde ese día, nadie volvió a mirarla diferente. Todos comprendieron que Sofía era como cualquier otra niña: curiosa, divertida y llena de amor.

Y así, cada vez que alguien se sentía triste, buscaban a Sofía, porque su sonrisa tenía algo mágico: recordaba a todos que la verdadera belleza no está en cómo somos por fuera, sino en la luz que llevamos dentro.

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