Un multimillonario invita a modelos para que ayuden a su hija a elegir una madre, pero ella elige a la ama de llaves.

Una noche, en una gala benéfica, otros niños se burlaron de Emilie. Entre lágrimas, corrió hacia Claire, que estaba allí para ayudarla entre bastidores. Sin dudarlo, Claire la tomó en brazos y le susurró:
«Ya eres la más brillante aquí, cariño».

Estas sencillas palabras conmovieron a todos, incluido Guillaume. Por primera vez en mucho tiempo, vio en los ojos de Claire una ternura que ningún traje a medida podría igualar.

Esta escena marcó un punto de inflexión. Comprendió que, tras su imagen pública, había olvidado lo esencial: amar y ser amado.

La fuerza del corazón, más fuerte que las apariencias.

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